Todas sabemos parir

Un parto respetado, lleno de amor, silencioso, dirigido por la madre, íntimo, con música tenue, acompañado, seguro y en casa, sí es posible.

Escribe aquí tu increíble etiqueta.
Debo dar las gracias a una pareja que me beneficiará acompañarlas y sobre todo vivir la magia de la vida, la potencia de la mujer y el milagro del nacimiento.

Cata, una mujer que decidió que debería tener su hija en casa, acompañada por su compañero de vida y profesionales que le favorecerían un parto más tranquilo. Ella me invitó a hacer parte de esta historia como su amiga y Doula.

Después de seis encuentros preparatorios y ya entrando en la semana 39, inició el momento tan esperado para estos ilusionados padres. Cata comenzó trabajo de parto el domingo 24 de enero en la noche, sin embargo no fue sino hasta las 4pm del 25 cuando las contracciones se comenzó a hacer más intensas, aún distantes entre sí, pero llevándola cada vez más a encontrar el silencio, la respiración, a seguir la música, a encontrar el movimiento, la postura, a buscar el calor, recibir los masajes, encontrar intuitivamente en la ducha caliente una aliada que le ofrecía alivio y buscar la compañía de su esposo que estaba sereno, firme y contencioso.

Después de 27 horas de trabajo de parto nació Luciana, el martes 26 a la 1:29 am. Una niña absolutamente sana, convirtiendo todo a su alrededor en lágrimas, amor profundo, sonrisas, contemplación, abrazos y más amor, y más sonrisas, y más abrazos...

Cata comenzó trabajo de parto el domingo 24 de enero en la noche, sin embargo no fue sino hasta las 4pm del 25 cuando las contracciones se comenzaron a hacer más intensas, aún distantes entre sí, pero llevándola cada vez más a encontrar el silencio, la respiración, a seguir la música.

Un mes después mi reflexión y gran reconocimiento para Cata y Norbey son:

  • Definitivamente la mujer está perfectamente diseñada para parir y Cata tenía la certeza.
  • Quienes acompañamos somos un espejo que le refleja a la mujer su propia potencia, su capacidad, su instinto, el ser dueña de su proceso.
  • Su manera de respirar, de moverse, de sentir lo que era mejor para ella en cada instante, su conexión con su intuición evidencian la fuerza que nos habita.
  • La capacidad de Norbey para sostener, contener, abrazar, acompañar con su silencio y paciencia son el ejemplo del hombre que protege, que brinda la seguridad y que tanto necesita la mujer en ese momento.
  • La comunicación y estrategias que tuvieron durante todo ese tiempo fortalecieron el equipo que son y que sin duda seguirán siendo.

La capacidad de fluir, de entregarse en el proceso, sin pelear, con certeza, sin miedo, con absoluta confianza; su fuerza y vocalización, sus cantos y silencios entre cada contracción, su risa eufórica cuando comprendió que Luciana estaba en la puerta, hacen que Cata tenga toda mi admiración.

Hoy a un mes de haber estado en trabajo de parto reconozco, valoro y agradezco que esta pareja me haya hecho su cómplice en lo que para mí es la gran conexión con su poder femenino ...

Un momento único: El nacimiento de Luciana y un nuevo nacer para Cata como mujer.

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