Mi proceso de paz 

PAZ, que palabra tan corta pero tan profunda, compleja, difícil de vivir y muchas veces fácil de amañar.
Escribe aquí tu increíble etiqueta.
Por esta época de contiendas electorales, posturas, divisiones, opiniones diversas, emociones encontradas, dolores y celebraciones, preguntas y más bien pocas respuestas, escritos, videos, publicidad, redes sociales caóticas (me incluyo), me dejé llevar porque lo que yo consideraba justo no sucedió, porque intentando escuchar argumentos del otro no aparecieron, en fin.

Buscando el significado de la paz encontré esto que promovía Gandhi: “La clave de la paz está precisamente en el respeto al derecho ajeno. Por tanto, es necesario que la sociedad desde la diferente instancia, sectores gubernamentales y no gubernamentales, se unan de forma permanente para trabajar en la formación de seres humanos solidarios, dispuestos y colaboradores a solucionar problemáticas sociales ”.

Y a esto va el propósito de este post, no puedo pretender encontrar afuera la paz que yo misma no tengo y menos aún, promover la paz que no vivo. Así que observo, siento, me cuestiono sobre lo que estoy viviendo, sobre mis propias prácticas, sobre mis propias emociones, sobre mis propios actos, palabras y relaciones.

Mi verdad es que sólo entrando en paz conmigo podré aportar en que mi hijo sea un ser humano solidario, dispuesto y colaborador para la vida.

Ahora mismo estoy comiendo la manera como hasta hoy estaba viviendo, estoy resignificando aprendizajes, memorias y vivencias tempranas y me estoy dando permiso de vivir, a entrar en contacto con la vida desde la libertad de ser, de hacer lo que quiero, lo que me apasiona y me vibra y dejando de obligarme a hacer lo que no me gusta, lo que no quiero, lo que no me resuena. Dándome el reconocimiento que sólo yo me puedo dar… A festejarme con mis más y mis menos, con mis luces y mis sombras, sentándome a tomar el té con mis propios demonios cada vez con más sentido del humor.

Mi verdad es que sólo entrando en paz conmigo podré aportar en que mi hijo sea un ser humano solidario, dispuesto y colaborador para la vida.

Creo que este es un paso para seguir acercándome a lo que me da paz, sentirme en paz y como consecuencia a lo que me permite dar paz. Compartirla con Matías, el ser que sin duda me conecta con el más profundo amor (sinónimo de paz para mí) y vivirla como me la enseña y describe mi hijo.
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