El trabajo de parto y el dolor tienen un papel importante dentro del parto y con esto no hablo de un dolor insostenible o desgarrador, hablo del dolor como esfuerzo físico para parir, nada más ni nada menos que una vida:
- El dolor es el que activa la producción de hormonas, especialmente la oxitocina. Esta hormona es la que estimula las contracciones del útero y tras el parto, la subida de la leche.
- Las contracciones, y por ende la percepción de dolor, son intermitentes, haciendo que este proceso sea más tolerable, proponiendo un tiempo de trabajo (Producción de oxitocina) y otro de descanso (Producción de endorfinas).
- El dolor es un mecanismo que protege, que alerta para buscar estrategias que permitan liberar la presión; estrategias tales como movernos, cambiar la postura, tomar consciencia de la respiración, iniciar vocalización.
- Favorece en la generación de hormonas del estrés en el bebé, lo que terminará de desarrollar y preparar su organismo para nacer y es esto lo que lo mantendrá alerta la primera hora de nacido.
- Psíquicamente informa al bebé de la activación del proceso del parto, lo que lo activa en su nacimiento.
- El dolor en el parto estimula la expulsión, la necesidad de pujar de manera natural, permitiéndonos hacer nuestro trabajo y facilitar el nacimiento del bebé.
- A nivel emocional y espiritual sentir el dolor, asumirlo, darle un sentido y acogerlo, ayudará a culminar la separación del bebé.
- La producción de Oxitocina y su intercambio entre mamá-bebé favorecerá el vínculo y adecuada instauración de la lactancia.
Y es que en realidad no nos conocemos en ese contexto, no tenemos idea de quienes seremos en ese momento, de cómo actuaremos, tanto que nos desconocemos ahí que anticiparnos es necio.
El parto es una experiencia tan poderosa, es la posibilidad de conectarnos con nosotras desde lo más profundo, el dolor se hace presente para permitirnos ir hacia adentro, conectarnos con el milagro de la vida atravesando nuestras entrañas. El parto es contundente, es el mayor esfuerzo para parir una vida, es la más grande entrega que puedes hacer como mujer para conocer ese pedacito de alma en el cuerpo que has cargado durante 9 meses.
Es la posibilidad de conectarte con el poder de transformar, es la posibilidad de entrar a las profundidades, a los rincones más oscuros, a tus miedos y certezas, a una fuerza que desconoces de ti. Es la posibilidad de entrar a una de las meditaciones más potentes que puedas llegar a experimentar en la vida, todos tus sentidos, todas tus células, todos tus órganos, articulaciones y músculos, tus pensamientos y emociones están concentrados en un mismo objetivo, en un mismo fin.
El parto impacta en gran medida sobre la visión e imagen que tendrás de ti y sobre el vínculo que establecerás con tu hijo. Crea tu parto, escríbelo, infórmate, prepárate…
¡Porque siempre es posible contar otra historia!